Muchas vitaminas pueden causar efectos colaterales en altas dosis, en especial las liposolubles (A, D, E, K), ya que no se eliminan por la orina y se acumulan en el hígado. Los efectos son de lo más variado.
Mientras que la vitamina A te puede producir cefalea, vómitos, alopecia, dermatitis, anemia, insomnio, hepatomegalia, hiperlipemia, etc, la vitamina D te produce debilidad muscular desorientación y calcificación irreversible en corazón, pulmones, riñones y otros tejidos blandos.
La vitamina K ocasiona una anemia hemolítica, lesión hepática y en neonatos, kernicterus. La C provoca náusea, diarrea, cálculos renales, desplazamiento de minerales óseos, condicionamiento sistemático a ingestas elevadas y aborto. Además, es prooxidante en dosis altas.
La niacina provoca una dilatación vascular, menor desplazamiento de ácidos grasos de tejidos adiposos, irritación gastrointestinal y hepatomegalia.
Sin embargo, son nutrientes esenciales para mantener las funciones metabólicas normales y no podemos sintetizarlas (excepto pequeñas cantidades de vitamina D), por lo que tenemos que ingerirlas con la dieta.
Una dieta equilibrada y sana asegura un aporte suficiente de vitaminas y excepto en patologías concretas como cáncer, fotosensibilidad, cataratas, artritis... no es necesario tomar complejos vitamínicos.
Mientras que la vitamina A te puede producir cefalea, vómitos, alopecia, dermatitis, anemia, insomnio, hepatomegalia, hiperlipemia, etc, la vitamina D te produce debilidad muscular desorientación y calcificación irreversible en corazón, pulmones, riñones y otros tejidos blandos.
La vitamina K ocasiona una anemia hemolítica, lesión hepática y en neonatos, kernicterus. La C provoca náusea, diarrea, cálculos renales, desplazamiento de minerales óseos, condicionamiento sistemático a ingestas elevadas y aborto. Además, es prooxidante en dosis altas.
La niacina provoca una dilatación vascular, menor desplazamiento de ácidos grasos de tejidos adiposos, irritación gastrointestinal y hepatomegalia.
Sin embargo, son nutrientes esenciales para mantener las funciones metabólicas normales y no podemos sintetizarlas (excepto pequeñas cantidades de vitamina D), por lo que tenemos que ingerirlas con la dieta.
Una dieta equilibrada y sana asegura un aporte suficiente de vitaminas y excepto en patologías concretas como cáncer, fotosensibilidad, cataratas, artritis... no es necesario tomar complejos vitamínicos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario