La velocidad de adaptación al nuevo horario es de un día por zona horaria traspasada. Con menos de dos horas de desfase o no hay Jet Lag o éste es mínimo. Existe una enorme variabilidad entre los procesos de readaptación (el 30% con ninguna o escasa repercusión y otro 30% no se adatará en ningún momento).
Los vuelos hacia el Oeste (retraso de fase) tienen menor repercusión sobre el ritmo del sueño, centrándose el problema en levantarse temprano. Los vuelos hacia el Este (adelanto de fase) presentan una más difícil sincronización con respecto al ritmo del sueño, siendo también su calidad menor.
Aunque parezca increíble, la composición de las comidas que realicemos puede ayudar en la adaptación:
Los vuelos hacia el Oeste (retraso de fase) tienen menor repercusión sobre el ritmo del sueño, centrándose el problema en levantarse temprano. Los vuelos hacia el Este (adelanto de fase) presentan una más difícil sincronización con respecto al ritmo del sueño, siendo también su calidad menor.
Aunque parezca increíble, la composición de las comidas que realicemos puede ayudar en la adaptación:
- Una dieta alta en hidratos de carbono y baja en proteínas facilita la captación de triptófano por el cerebro y su conversión en serotonina, lo cual favorece el adormecimiento y el sueño.
- Una dieta alta en proteínas y baja en hidratos de carbono aumenta la capacidad de captar tirosina y su metabolización en adrenalina, con lo cual se provoca una excitación del individuo.
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